jueves, 19 de septiembre de 2019

Necrópolis del Llano de Olivares

Todos los dólmenes se encuentran concentrados en 20 kilómetros de valle, desde el poblado de Las Angosturas hasta el punto de confluencia del río Gor y el río Fardes. Los dólmenes han sido datados en el Neolítico medio (2 800 a. C.), relacionados con agricultores relacionados con la Cultura almeriense, hasta la Edad de Bronce asociados a sociedades ganaderas y agrícolas de la cultura de El Argar establecidas en diversos poblados a lo largo del río.

Los monumentos funerarios de la zona de Gorafe están realizados en losas de piedra caliza o conglomerado obtenidas en los alrededores y labradas según las necesidades de construcción. Se conoce la presencia de un único grabado en los ortostatos, una figura antropomorfa situada en el dolmen 77.

Se diferencian cinco tipos constructivos según la forma de la planta de la cámara, dólmenes trapezoidales, rectangulares, pentagonales, cuadrangulares y poligonales (donde se incluyen muchos dólmenes incompletos). Los de mayor tamaño y menos frecuentes son los trapezoidales mientras que los más pequeños son los cuadrangulares. Los dólmenes pentagonales son los más frecuentes de la región, más de la mitad de ellos tienen esta estructura y presentan una gran uniformidad en cuanto a sus dimensiones. Se ha establecido relación entre el tamaño de las estructuras y el estatus social de las personas enterradas en ellas de modo que parece ser que los grandes dólmenes trapezoidales debían pertenecer a familias importantes dentro de la comunidad o tribu.

La cámara del dolmen está formada por losas verticales que incrementan su tamaño desde la entrada hasta el fondo siendo la de mayores dimensiones las del dolmen 134 con 2,20 metros. En algunos ejemplos se aprovechó la roca madre para una o varias paredes de la cámara como en los dólmenes 40, 124 y 141. Las losas de la cubierta de la cámara se han conservado en un buen número de sepulturas y en los dólmenes 6, 134 y 186 llegan a tener dimensiones superiores a los 2,5 metros. Se han descrito ejemplos de falsa cúpula en algunas de las investigaciones más antiguas pero en la actualidad ninguno de los dólmenes conservados la presenta.


A la entrada de la cámara suele situarse un corredor formado por losas verticales de longitud variable, el de mayor longitud está presente en el dolmen 132, y a veces cubierto como en los dólmenes 33, 36 y 84. Su orientación es en la mayoría de los casos sureste. En muy pocos ejemplos, dólmenes 42, 45 y 94, se conserva el cromlech alrededor.

Asociados a los monumentos funerarios se han encontrado multitud de objetos que permiten situarlos cronológicamente así como deducir los ritos funerarios que allí se produjeron. Entre los objetos más comunes se encuentran los realizados en sílex, especialmente puntas de flecha, cuchillos, hachas y pulidores aunque también se conocen numerosos punzones de hueso, cuentas de collar y conchas marinas perforadas. Menos comunes son los objetos metálicos tales como anillos y puñales y los restos cerámicos.

Los dólmenes eran enterramientos colectivos de modo que se han recuperado restos de hasta 224 individuos en 198 sepulcros. Los restos correspondían tanto a individuos infantiles, como a juveniles, adultos y seniles (64, 27, 126 y 7 individuos respectivamente) y muchos de ellos mostraban signos de cremación incompleta. Estos enterramientos múltiples inducen a pensar en la existencia de algún tipo de sacrificio ritual o quizás de epidemias que afectaban a la población.

Cronológicamente se han datado en tres periodos correlativos que abarcan varios miles de años. Los dólmenes más antiguos muestran una ejecución simple. Son estructuras poligonales sencillas de pequeño tamaño y sin apenas ajuar ni objetos asociados. Corresponderían estos enterramientos al periodo de transición del neolítico a la Edad de Bronce I (entre el 2 500 y el 2 300 a. C.).

De un periodo medio corresponderían la mayor pare de los monumentos. Su tamaño y tipología es muy variable y está caracterizada por la abundancia de material arqueológico asociado que muestran un momento de apogeo cultural de la sociedad que los construyó. Estos monumentos abarcan el periodo desde la Edad de Bronce I al Eneolítico (entre el 2 300 y el 1 800 a. C.). Los monumentos más tardíos se corresponden al momento de transición de la Edad de Bronce I a la Edad de Bronce II (entre el 1 800 y el 1 700 a. C.), presentarían asociados objetos de metal y cerámica con decoración incisa y falsa cúpula en la cámara.

El proyecto de puesta en valor del parque megalítico de Gorafe comenzó en 1998 con la consolidación y recuperación de los dólmenes deteriorados por la acción humana y ambiental. Del total de 242 dólmenes inventariados desde las primeras excavaciones realizadas en 1868 hoy se conservan 125 y de ellos 37 han sido restaurados para su visita y pueden observarse en ellas. Tras la restauración de aquellos elementos más interesantes por su valor didáctico se establecieron tres rutas señalizadas para la visita, la ruta de las Hoyas del Coquín de 1 200 metros, del Llano de Olivares de 3 610 metros y de las Majadillas de 2 150 metros, con diversos paneles explicativos.

Las dos necrópolis presentes en la ruta de Hoyas del Coquín (Umbría de las Hoyas y Hoyas del Coquín Bajo) están datadas en la Edad de Bronce I (entre el 2300-1800 a. C.). Poseen 20 dólmenes de los cuales 10 pueden visitarse, los de mayor tamaño de la zona llegando a alcanzar un alzado máximo de 2,20 metros y en los que se utilizaron losas de mayores dimensiones.

La necrópolis del Llano de Olivares posee 23 dólmenes de los cuales 13 son visitables. La mayoría de ellos son pentagonales y se conservan las losas de cubierta en algunos de ellos. En el dolmen 84 de Las Majadillas se localizaron los esqueletos de 22 individuos, siendo el enterramiento más numeroso de la región.​

Por último la necrópolis de Las Majadillas, con 23 dólmenes y 14 de ellos visitables, es la que presenta una mayor concentración de enterramientos de la zona. En esta necrópolis se encuentran también dólmenes de gran tamaño, como el llamado La Cobertera con 3,4 metros de longitud o el número 69 con 4,4 metros.


Centro de Interpretación.

Dentro del mismo proyecto de puesta en valor de las rutas y dólmenes en el centro del municipio de Gorafe se construyó el Centro de interpretación del megalismo, un edificio circular de 634 m2 y cinco salas acondicionadas con técnicas expositivas modernas y parte del material arqueológico recuperado en los yacimientos. En este centro se proyecta un documental en 3D que explica el desarrollo de las diferentes culturas que habitaron el valle de Gorafe y se muestran las técnicas constructivas utilizadas para la construcción de los monumentos funerarios.
































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